sábado, 19 de noviembre de 2022

AUSENCIA



Cuando los padres parten, nada vuelve a ser igual. Ya no podemos ser niños nunca más, no nos sentiremos arropados por sus abrazos, sus besos y sus palabras de aliento. Parece que la vida se vuelve más dura porque su cobijo ya no está a nuestro lado. Cuando los padres ya no están con nosotros, somos huérfanos, y eso es duro, sin importar la edad que se tenga. Aunque hayamos formado una familia, la figura de nuestros padres siempre está a nuestro lado, o al menos, los tenemos presentes.
Todas las personas, aunque seamos adultas, guardamos en nuestro interior a ese niño que quiere estar protegido todo el tiempo por sus padres. Acudir a su amor incondicional siempre que sea necesario, pero cuando se han marchado, esa opción ya no es posible.


2 comentarios:

  1. Coincido totalmente con este escrito. Gracias por compartir.

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  2. El recuerdo de nuestros padres es imborrable, siempre están presentes en la mente y en el corazón.

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